How to change things when change is hard
De Chip Heath y Dan Heath. 2010. Publicado por Crown Business. 305 páginas
En nuestro cerebro funcionan dos sistemas continuamente. El primero es el lado emocional, que es la parte instintiva, que siente el dolor y busca el placer. El segundo es el lado racional, el que toma decisiones, analiza y se preocupa por el futuro.
Una buena analogía para representar esta dualidad es un elefante para el lado emocional y su jinete para el lado racional. El jinete sabe donde quiere ir y trata de que el elefante le obedezca usando las riendas. Pero si el elefante no quiere ir, la situación se complica.
El libro presenta una serie de técnicas para conseguir cambios en el comportamiento de personas y de organizaciones. Cambios como que el hijo ayude en las tareas domésticas, ir al gimnasio con regularidad, que los estudiantes lleguen a clase a la hora o que los trabajadores sigan las normas de seguridad. Para conseguir esos cambios no es suficiente con entender sus beneficios y hacer una formación, eso solo instruye a nuestro lado racional. Los autores proponen una serie de técnicas para dirigir al jinete, para motivar al elefante y para dar forma al camino.
Una de las técnicas para dirigir al jinete es buscar los puntos brillantes. Si estamos tratando de arreglar algo que no funciona, buscar qué es lo que sí funciona o ha funcionado para entender el porqué. Está muy relacionado con la terapia centrada en soluciones: ¿cuál sería el primer signo que verías si un día te despiertas y tu problema se ha resuelto?
Una de las técnicas para motivar al elefante es encoger el cambio, buscar un objetivo menos ambicioso para tener un éxito más cercano.
Y hay toda una serie de reflexiones que van apareciendo a lo largo del libro:
Los hermanos Heath dicen que hay personas con una mentalidad fija y personas con una mentalidad de crecimiento. Las personas con una mentalidad fija creen que su conjunto de habilidades es estático, que pueden mejorar un poco, pero reflejan cómo eres en esencia. Con esta mentalidad se evitan los desafíos (por miedo a que las habilidades no sean suficientes) y no se acepta la crítica.
Las personas con mentalidad de crecimiento piensan que las habilidades son como músculos, que se pueden construir con el ejercicio. Con esta mentalidad eres capaz de aceptar desafíos y no te importa el fracaso, porque si fallas simplemente has de entrenar más. Podemos dar a nuestros hijos una mentalidad de crecimiento si nuestros comentarios en lugar de ser "¡qué listo que eres!" o "¡qué bien juegas a fútbol!" son "¡estoy orgulloso de cómo te has esforzado!" o "¡cómo se nota que has hecho caso al entrenador!"
Lo que parece resistencia muchas veces es falta de claridad. A veces no se sigue el comportamiento adecuado porque no se sabe cómo hacerlo o porque hay demasiadas opciones.
El autocontrol es un recurso limitado, si has gastado tu autocontrol para evitar comer chocolate puede que no lo tengas para no tener un discusión.
Las personas tendemos a ignorar la situación que hace que otros se comporten de una forma determinada. Esta tendencia se llama el error fundamental de atribución. Pensamos que se comportan por "como son" en lugar de por "la situación en la que están".
En la web de los autores, previo registro gratuito, pueden descargarse una serie de PDFs con un resumen de las técnicas del libro. También tienen disponible el primer capítulo.
Libro imprescindible.